Sobre "Entredichas palabras" de Melba Guariglia
Dina Díaz
Este libro que recoge también obra anterior de Melba, en una escritura descarnada, dice y se desdice permanentemente en una búsqueda dolorosa del centro vivo de la palabra. Pocas veces he encontrado una identificación tan grande de lo vivencial con la palabra, una palabra esquiva que la poeta trata de desentrañar en el sentido más hondo del término, es decir de llegar a sus entrañas.
Consta el libro de 6 unidades o conjuntos: 1) piedras; 2) señas de derrumbe 1991, 3) sombras; 4) oficio de ciegos 1999; 5) andamios; 6) puntos
El título inquietante "Entredichas palabras" parte de esa postura. El término "entredicho" parece contrario a toda afirmación. El Dicc. de la Real Academia, lo define: "entredicho" Prohibición de hacer o decir algo.//Censura eclesiástica por la cual se prohíbe a ciertas personas o en determinados lugares el uso de los divinos oficios, la administración y recepción de algunos sacramentos y sepultura eclesiástica.
En un poema sin título de la última unidad Puntos"(Pág.81) se dice:
no es suficiente el deseo
escribo entre dichas palabras
en puntas de pie
zumbo alrededor
y el paréntesis me cae por su peso.
El juego surge entre la prohibición de cumplir con el divino oficio de poeta y el deseo de descubrir palabras dichas o la dicha de descubrir las palabras. O mejor la de estar entre las palabras o dentro de ellas, desmenuzándolas, horadándolas para descubrirlas, en puntas de pie porque el oficio de poeta parece inalcanzable. Y la dicha y la desdicha del decir y del no decir se entreveran en una lidia permanente.
Y de ahí los paréntesis que ingresan en los poemas y denuncian el corazón escondido de las palabras contradictorio a veces con el significado en uso. En Acentos (Pág.15)
Persigue el vocablo
el espejismo
sediento
y cae a(sombra)do en una esdrújula.
El asombro de la creadora ante el hallazgo conlleva sin embargo, escondida, la sombra de su imperfección.
En el poema Torpeza(Pág.38):
No hay pista de la hoguera
ni brasa bajo la almohada
cada uno busca su lumbre
en el lugar más de(sol)ado de la casa.
Este poema de pérdida, de ausencia, sin embargo nos señala que en lo desolado el sol está contenido.
En el poema "F" del ciclo Andamios (Pág.68):
En medio del vendaval
la des(ola)ción de una gaviota
se concentra en ola.
Poema de significación oscura, imagen marina, y metáfora de la desolación, ambigüedad en el sentido metafórico de la ola pero el paréntesis parece subrayar la existencia de la ola como espacio cotidiano en oposición al vendaval.
Los paréntesis muestran a las palabras escondiendo en su centro más profundo su contrario, luminoso u oscuro, la sombra, el sol y la ola, Lo oculto descarna la apariencia.
En el primer grupo de poemas "Piedras" un epígrafe dice "aun las piedras se estrellan en los charcos".
Y el primer hermosísimo poema Poética:
Es preciso habitar el vientre
de una piedra
oír el temblor del origen
y corregir desde allí
la imperfección del eco
el nacimiento líquido de la palabra.
La dureza de la piedra y en oposición, el vientre, el temblor, la gestación, están escondidos en lo más duro, en lo mineral, el parto de la palabra surge en esa expresión magnífica "el nacimiento líquido de la palabra".
En apoyo a esta concepción en el poema Impotencia (Pág.56):
De qué artimañas me valgo
de qué irónico festejo
para pensar las formas
cuáles sílabasarece subrayar la existencia de la ola como espacio cotidiano en oposición al vendaval.
Los paréntesis muestran a las palabras escondiendo en su centro más profundo su contrario, luminoso u oscuro, la sombra, el sol y la ola, Lo oculto descarna la apariencia.
En el primer grupo de poemas "Piedras" un epígrafe dice "aun las piedras se estrellan en los charcos".
Y el primer hermosísimo poema Poética:
Es preciso habitar el vientre
de una piedra
oír el temblor del origen
y corregir desde allí
la imperfección del eco
el nacimiento líquido de la palabra.
La dureza de la piedra y en oposición, el vientre, el temblor, la gestación, están escondidos en lo más duro, en lo mineral, el parto de la palabra surge en esa expresión magnífica "el nacimiento líquido de la palabra".
En apoyo a esta concepción en el poema Impotencia (Pág.56):
De qué artimañas me valgo
de qué irónico festejo
para pensar las formas
cuáles sílabas balbuceantes
extraigo del alma de las piedras
cómo pregunto a las feraces palabras
en qué sitio me contienen.
Nuevamente de la dureza nace la palpitación de la vida o de la poesía porque vida y palabra parecen a veces difícilmente diferenciables en esta poética. En el poema
Asechanza (Pág.22):
Centinelas del camino
las piedras asechan
el tropiezo del viajero.
Son indicios al asecho
duros fragmentos de la vida.
Pero hay algo más en Poética, se habla de la imperfección del eco, lo que nos sugiere un concepto platónico, todo es eco de lo otro, lo verdadero.
Esta concepción del doble imperfecto adquiere a veces un sentido contrario, no somos nosotros la duplicación sino que alguien nos duplica. En Mujer(Pág.48):
Invito a responder a los dioses
si existe alguien que nos plagia
emisario de un lugar distante
o copia de su origen.
Alguien me parió dos veces
y me dejó extranjera
nos hemos borrado persistentes
en el vértigo de otros.
Soy una mujer demorando
la suerte de ser
el lado oscuro del paraíso.
En Poesía cómplice (Pág.60):
"No he mentido ni a mis máscaras
ni a mis dioses
transcurro
en mis constancias
en las múltiples cabezas
en diálogo con esa otra
que me escribe.
¿Soy el duplicado o soy la verdadera, soy quien escribe o soy solo quien me escribe? es la agonía de la poeta.
Vida -fundamentalmente el amor y su transitoriedad-, y poesía aparecen en un maridaje indisoluble. La naturaleza, en cambio, el viento, el mar, el río, son casi únicamente metáforas de la agresión del mundo.
En el poema Acentos (Päg.15)
Oficio de ciegos
grave acento del alfabeto
en el espacio escrito.
Cada letra es un grano de arena
agudo eslabón que salva el paisaje del desierto.
Persigue el vocablo
el espejismo
sediento
y cae a(sombra)do en una esdrújula.
En Combate (Pág.40) la pérdida del amor es la pérdida de las palabras que no se escuchan:
En el sitio que me toca
estoy sitiada
las nuevas palabras
no me nombran
aunque no soy extraña.
El amor no acusa
ni siquiera mancha
algo me aleja del combate
y me muere.
Y en el poema 5 de Señas de derrumbe (Päg.31) establece relaciones de causa a efecto entre el mundo de las palabras y el mundo de las cosas, las palabras silenciadas contaminan el mundo:
Palabras que no dicen
cuajan en el espacio
partículas de polvo.
Un poemario intenso sin concesiones, exigente, rehuye la adjetivación en el afán de desnudar la palabra, en el rigor de arrancarle a la piedra "el temblor del origen".
Perdurable (Pág.23)
Empieza el conteo del infinito
Y vuelvo a uno en cada cifra.
Transcurro andenes
vagones vacíos.
Oficio de arrastrar palabras
al lugar de la partida.
Esta dolorosa y reiterada tarea ocurre porque la poeta vive
El calvario de escribir
según nadie.